lunes, 4 de febrero de 2013

Capítulo I. "Platero"

Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro.
Lo dejo suelto y se va al prado, y acaricia tibiamente con su hocico, rozándolas apenas, las florecillas rosas, celestes y gualdas... Lo llamo dulcemente: "¿Platero?", y viene a mí con un trotecillo alegre que parece que se ríe, en no sé qué cascabeleo ideal...
Come cuanto le doy. Le gustan las naranjas mandarinas, las uvas moscateles, todas de ámbar; los higos morados, con su cristalina gotita de miel...
Es tierno y mimoso igual que un niño, que una niña...; pero fuerte y seco por dentro, como de piedra... Cuando paso sobre él, los domingos, por las últimas callejas del pueblo, los hombres del campo, vestidos de limpio y despaciosos, se quedan mirándolo:
— Tié asero...
Tiene acero. Acero y plata de luna, al mismo tiempo.
  1. Subraya los nombres, rodea los adjetivos y recuadra los determinantes en cada caso: los higos morados; su cristalina gotita; las uvas moscateles; los espejos de azabache; las naranjas mandarinas.
  2. Di por qué llevan tilde estas palabras: algodón, ámbar.
  3. ¿Qué es el azabache? ¿Qué crees que quiere decir el autor con: "solo los espejos de azabache de sus ojos…"?
  4. ¿Qué color es gualda?
  5. En este capítulo en el que describe a Platero, Juan Ramón Jiménez sugiere impresiones a nuestros sentidos: a la vista, al oído, al tacto. Señala cuáles:

Platero
Las flores, las frutas, el campo,…
Formas, colores



Sonidos



Tacto





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